miércoles, 13 de diciembre de 2017

Arena infinita.

La noche nunca te dirá hasta donde llegas.
 No lo sabe. 
           No pienses en mis cenizas.
              Buceando vas con mi sonrisa.
                     
    Aguada memoria ondulada,
                eres noche con el alma callada,
  lanzando letras al viento.
Acompañas al cielo, 
con tu gracia ruborizada,
 lo que me extrañas,
                                 te ama.
    
     ¿No lo notas? 
Es el volumen de tu alegría.
                                  ¡Y de la mía!
 Escribes como promesa cumplida.
                              ¿Te acuerdas?
             
          Blanca espuma de mar revuelta, 
         haciendo honor a mi nombre.
 Bellos ojos en tu clara luna.
Tus preguntas son infinitas:
¿Todo es en vano?
¿Quién fuera o dentro de un poema?
      
          Calidad de agua etérea y salada,
                      candor y penumbra,
      tus gestos suavizan la noche más oscura.
Aunque preguntes,               
piedras y arena soy en tus manos,            
            ecos de caracola.
Asombras arenas y alumbras a los mares.
          Vibran venas solitarias, 
vas por la ladera clara,
de la transparencia de nuestro clamor,
                   cuasi invisible.
                             ¡Sí!

                    En tu nostalgia de paz apasionada,
 de tus palabras serenas. 
                Me voy viendo como tus hojas blancas,
en tus rutinas y mañanas calmadas,
en días de fuertes borrascas imprevistas,                        
tu sombra fugaz es mi efímera figura.
¡Y la amo!
Tu amor es mi tierra mojada,
                       tu olor es mi frescura marina.
¡Te estoy abrazando con todo!
  .
Es tu cálidos pasos estoy.
Te pregunto:
  ¿A dónde deseas ir después de éste poema?
¿Cuándo dejes esos huesos en la tierra?
                       ¿Ya lo sabes? 

     Frente al mar, tú, tan solitaria y agitada.
La pregunta íntima resuena en ti,
como un vacío poderoso abriéndose.
  ¿Vas a dejar sentirme?
  
Deja que mi oleaje sea

 sobre tu arena infinita.
Ama con pasión mi ausencia

tanto como a tu frágil presencia, 

sigues pensando en mí.

Has sido capaz de llegar muy lejos,

queriéndome,

en tu arena infinita camino yo,

a través de tus pasos.


Maite Gras Ruiz.
             

lunes, 16 de octubre de 2017

El camino ya estaba libre de guerras.
No estaba lleno de objetos. Ni habían centros comerciales. El lugar se había despejado.
Las palabras vacías habían desaparecido como animales extinguidos. Sólo quedaban unos pocos pensamientos danzando en el aire.
El ser humano había desaparecido.


jueves, 12 de octubre de 2017

Como unas pistolas
llenas de balas,
así son algunas,
voces y palabras,
veloces, disparan.

Así son algunos,
disparos y sonidos,
que se pronuncian
desde el fondo,
desde el foso,
de un abismo,
de enojos con ojos.

Así son algunas,
imágenes poderosas,
produciendo heridas,
infringiendo dolores,
penando a inocencias.

Como un único disparo:
la voz.








Ecos en la noche.



Desde que no estás.
Ni canto, ni alas.
¿Qué hago con el beso?
El beso que te tenía,
preparado con cariño.

Desde que no estás.
Aquí ya nadie canta.
Los versos, son sobras,
ni llanas, ni agudas.
¿Esdrújulas?
Qué lo sepas.
Ya no se ven mariposas.
El gato no aparece.
La música no suena.
¿Dónde en la alegría?

Las noches son silencio,
la nada duerme poco.
¿Qué hago aquí, sin ti?
Dímelo. No te oigo.
¿Me escuchas?
Desde que no estás.
Todo es igual.
Nada es diferente.
La vida se repite.
Canta en eco, tu nombre.
El eco: desde que no estás.
Desde que no estás,
no hay espejos,
ni su reflejo.
Ni tú ni yo.

Desde que no vienes.
No llueve amor.


Maite Gras.








Telegrama poético.

 Es un día claro, diáfano y bello, Ven.
Te sugiero que vengas a visitarme.
 Los objetos brillan con tu afecto.
Estoy en nuestra casa. Y yo ya he terminado de comer. Ahora estoy sentada en la terraza.
Me veo como en una película, contigo.
Son libros, viajes, risas, intimidad y una buena conversación.
El río de la vida te extraña.
El café que me tomo es cascada, nobles recuerdos sobre ti y la familia.
Melancolía: La terraza solía ser una fiesta llena de bullicio y de alegría. ¿Vendréis todos?
¿Dónde se encuentra la humanidad?
¿Y tú?


martes, 10 de octubre de 2017

Rutina.

Apareciste junto con la decoración,
 y con la elegancia de tu cuerpo,
 discreto, bien vestido y decidido
como un cielo diáfano lleno de alas
como un gran árbol magestuoso,
que lleva toda la savia y sabiduría,
en sus venas, raíces y dulces hojas,
vino tu bosque a llenar mi visión.

Sobre la desidia de mi penúltima
sílaba que en mis labios besabas,
comenzaste a recorrer mi estancia.
La habitación vacía de mi soledad.


Me llevaste hasta donde se duerme,
desde allí se podía divisar el cielo,
se oían las olas del mar, sonabamos,
como una dulce melodía irresistible.
El lugar se llenó con besos y abrazos,
la rutina se había vuelto pasión.

Maite Gras.

@la_biografia


Sismo.

La verdad es que deseas
que sea callada ausencia
como a un objeto que miras,
que no haga ruido en ruinas
quisieras que no sea la vida
como un alegre movimiento.

Tu honestidad es muy directa
como las palabras indiscretas
cuando tu voz autoritaria manda,
 sinceridad que es muro y dureza
herida abierta, en miedos tiemblas.

Hay una implacable                             ternura que teme
 ser cuestionada.

 Cuando aunque en algo
ayudas, no te das del todo.