La noche nunca te dirá hasta donde llegas.
No lo sabe.
No pienses en mis cenizas.
No pienses en mis cenizas.
Buceando vas con mi sonrisa.
Aguada memoria ondulada,
eres noche con el alma callada,
lanzando letras al viento.
Acompañas al cielo,
con tu gracia ruborizada,
lo que me extrañas,
te ama.
¿No lo notas?
Es el volumen de tu alegría.
¡Y de la mía!
Escribes como promesa cumplida.
¿Te acuerdas?
Blanca espuma de mar revuelta,
haciendo honor a mi nombre.
Bellos ojos en tu clara luna.
Tus preguntas son infinitas:
¿Todo es en vano?
¿Quién fuera o dentro de un poema?
Calidad de agua etérea y salada,
candor y penumbra,
tus gestos suavizan la noche más oscura.
Aunque preguntes,
piedras y arena soy en tus manos,
ecos de caracola.
Asombras arenas y alumbras a los mares.
Vibran venas solitarias,
vas por la ladera clara,
de la transparencia de nuestro clamor,
cuasi invisible.
¡Sí!
En tu nostalgia de paz apasionada,
de tus palabras serenas.
de tus palabras serenas.
Me voy viendo como tus hojas blancas,
en tus rutinas y mañanas calmadas,
en días de fuertes borrascas imprevistas,
tu sombra fugaz es mi efímera figura.
¡Y la amo!
Tu amor es mi tierra mojada,
tu olor es mi frescura marina.
¡Te estoy abrazando con todo!
.
Es tu cálidos pasos estoy.
Te pregunto:
¿A dónde deseas ir después de éste poema?
¿Cuándo dejes esos huesos en la tierra?
¿Ya lo sabes?
Frente al mar, tú, tan solitaria y agitada.
Frente al mar, tú, tan solitaria y agitada.
La pregunta íntima resuena en ti,
como un vacío poderoso abriéndose.
¿Vas a dejar sentirme?
Deja que mi oleaje sea
sobre tu arena infinita.
sobre tu arena infinita.
Ama con pasión mi ausencia
tanto como a tu frágil presencia,
sigues pensando en mí.
Has sido capaz de llegar muy lejos,
queriéndome,
en tu arena infinita camino yo,
a través de tus pasos.
tanto como a tu frágil presencia,
sigues pensando en mí.
Has sido capaz de llegar muy lejos,
queriéndome,
en tu arena infinita camino yo,
a través de tus pasos.
Maite Gras Ruiz.