viernes, 14 de julio de 2017

OXÍMORON

Seguís siendo amantes enfadados:

Hoja blanca que callas, tinta negra que escribes y hablas.

Amada mía que vives en la claridad
eres un luminoso cielo abierto.
Hermosa belleza Inmaculada.

Paz que habitas en mi oscuridad
eres silencio volcánico sonriente,
vives entre estrellas y el vacío.
Infinita grandeza ruidosa callada.



Así sois, ambos dioses:

Uno es el espejo del otro,
 danzáis frente a frente,
sin apenas tocaros.

Amada por tu luz blanca
vas vestida con mi alegría,
la danza pura de mi beso.
Mi silencio te ama.

Amante amado oscuro
eterno silencio es tu idioma,
 vivo en mi muerte, contigo.
Tan sólo vibro en ti cuando amo.

Lo vuestro es un río de imágenes y un espejo.
Andáis siglos vagando entre sueños.
Drogados con los delirios de grandeza y de bajeza. Entre sangre, sudores y lagunas.



Una noche de pasión y una estrella fugaz se están haciendo el amor:
sobre la cama ya andáis desnudos,
 os estáis besando lo sentido y vivido
cada célula vuestra estalla
cada nervio vuestro se colapsa
cada vez que el amor os entra
cada vez que el odio os sale.
Vuestros cuerpos vibran de gozo.
Vuestros cadáveres se funden.
Morís.
Adán y Eva ya no estáis.
Y sobre la nada en Adán, es mía
el ave de Eva que vuela, es tuya.
Ya no habrá más claridad,
ni una oscuridad de noche.
Ya no hay amor ni odio,
en nuestra transparencia.




Maite Gras.

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